miércoles, 16 de enero de 2008

El Baño Femenino...MI BAÑO

A veces dejo que la mugre se acumule en mi cuerpo hasta que no pueda soportarme a mí misma. A veces me da placer entregarme por completo a la desidia, sentir que es mi voluntad entregarme a un estado por completo de abandono...el desorden, la no voluntad de tomar una ducha, es uno de los más actos más volitivos que hay. Para luego entregarme a la limpieza rigurosa, exhaustiva y desquiciante. Es un juego de extremos que me gusta seguir para darle intensidad a momentos tan rutinarios de la vida. Puedo llegar a ser muy sucia (en el sentido literal y figurado de la palabra) pero la mayor de las veces mi tendencia es la limpieza física absoluta.
Contaré todos los tipos de baños que he notado en mí y en otras mujeres, que viene a ser más o menos la misma secuencia, porque yo también soy mujer.
MI BAÑO
Dejo correr el agua conforme mi ánimo decae. Es un chorro intenso, caliente, -muy caliente- que comienza a descender desde el cuello por toda la espalda, cada vértebra de la columna en forma vertical hasta llegar a la forma más sobresaliente de mi parte trasera -y de toda mi anatomía- y perderse entre mis piernas.
En este momento, la gracia consiste en no pensar, sólo sentir el agua como renovadora de toda la carga del día, esa suciedad que se va por el desagüe para abandonarme temporalmente hasta el nuevo baño.
Siempre sentí como una transición abrupta la condición de estar desnuda y seca a estar desnuda y mojada, mi cuerpo tarda un tiempo en asimilarlo sobre todo si el agua es fría. Lo primero es sentir temor ante la repentina irrupción del agua en mí. Odio las salpicaduras que no me espero, como odio entrar en ese infierno mojado sin que mi mente haya hecho las preparaciones necesarias para tal acto. De ahí, que no meto en ese cuarto así de una, es necesario que primero tantee con el pie la temperatura y presión del chorro y luego, poco a poco, voy introduciendo las distintas partes de mi cuerpo hasta cubrirme totalmente de agua. Esto es lo más difícil, de aquí en adelante, en líneas generales, el baño me causa mucho placer, la verdad.
Una vez que ya estoy plenamente empapada y húmeda es que me entrego a las delicias de este ritual, que yo considero divino, porque es el hedonismo total. ( este junto con la maquillada, -cuando tengo realmente tiempo y superando las torpezas motoras que siempre me acompañan-, son los únicos actos narcisistas que me permito y los disfruto al extremo porque sí-). Siempre entro al agua de espalda a la pared que sostiene la ducha porque me gusta sentir la presión primero sobre el cuello y hombros a modo de masaje...así me quedo pegada un laaaargo rato que aprovecho para pensar en estupideces. Estas bobadas pueden llegar a convertirse en pensamientos bastante profundos pero dependiendo del grado de concentración y relajación tal en la que me encuentre, es decir, la intensidad del pensamiento dependerá del tiempo que tenga disponible para mi baño, pero, siempre, siempre, comenzará siendo una banalidad. He aquí algunos ejemplos.
COSAS QUE PUEDO PENSAR CUANDO ME BAÑO
Nivel 1
-(si el chorro de agua que cae en la baldosa tiene un color turbio): qué puerca ando, no me vuelvo a montar en esos rapiditos que me dejan el pelo oliendo a gasolina...
-(si el chorro de agua es rojo): ¡Este puto tinte! Me estoy destiñendo la vida..o también puede ser: ¡Maldición!, ya me bajó otra vez.

Nivel 2
-(Al ver la sombra de mi silueta en el cuarto de baño proyectada por la luz de una vela que a veces pongo cuando me ducho por la noche-, y a través de la cual me gusta jugar a la "bailarina"): Qué bonita figura, qué buena me estoy poniendo.
-(cuando las gotas de agua circulan en zonas erógenas de mi cuerpo, en orden de importancia: senos, cuello, hombros, sexo y todo mi ser en general): qué agradable sensación, ojalá estuviera acompañada...¿POR QUÉ NO ESTOY ACOMPAÑADA?
*(Si me da por masturbarme en pleno baño): EN TI, MI AMOR.
Luego: (al enjabonarme las mismas zonas mencionadas. Lo hago con mucha parsimonia y suavidad, sin movimientos bruscos porque considero a mi cuerpo muy sensible y, por tanto delicado, así que escojo un jabón bien cremoso y deslizante que, literalmente, me acaricie como me merezco. Como me queda gustando la sensación creada por mi misma, la repito varias veces desde el cuello hasta los pies, haciendo especial énfasis en mis pechitos que siempre me miro -ordenándoles que: ¡crezcan!, por favor-, y en la de abajo para eliminar cualquier rastro de humedad que se haya albergado en ella durante el día (sea ésta del origen que sea: sudor, excitación, etc): ummmm: ¿por qué nunca me tocan así? Las mujeres queremos que nos hagan el amor de la misma forma en que nos duchamos. De la misma manera en que preparamos una escena de amor, viene a ser metáfora del baño: la preparación del acto, la relajación, la concentración , la manera de tocarnos, las sensaciones y las variaciones según el caso, entre las que yo he notado:
*Los Baños de Rutina: Casi siempre matutinos, necesarios para ir al trabajo o salir de la casa a cualquier parte, al igual que muchos coitos que tienen esas mismas condiciones, son rápidos, mecánicos y necesarios e incluso "para salir del paso", obligación ineludible, pues. No hay tiempo de pensar en nada, salvo en que hay que hacerlo rápido y ojalá terminemos pronto.
*De despojo: Generalmente para el final del día. Pensamientos de evaluación: si el día fue bueno, durante la ducha se nos viene una película de momentos y el baño resulta ser más duradero para la expansión del recuerdo y un estado casi autista de contemplación. Si por el contrario el día fue pesado o algo negativo, el método de limpieza resulta ser más agitado y agresivo, pero, finalmente, renovador, como si el peso acumulado y las malas decisiones cotidianas se fueran por el desagüe para siempre, o, por lo menos, esa es la imagen que se me ocurre que debiera pasar.
De Ritual: Viene a ser lo mismo que una masturbación, son bastante íntimos y personalistas. para pasársela bien con uno mismo. Sólo para cuando se dispone de mucho tiempo libre y/o son necesarios para alguna terapia antiestrés. Accesorios: velas, esencias, burbujas, música, etc.
-Los baños de Preámbulo: Son aquellos que logramos hacer de forma premeditada, exhaustiva y minuciosa previa a algún acontecimiento muy importante, casi siempre asociado con lo sexual: cita con hombre soñado, aniversario o celebración, noche de bodas, primer encuentro con posibilidad de tener sexo, etc. Existe una gran diferencia entre bañarse porque toca hacerlo que bañarse pensando en que otra persona posiblemente se acerque a olerte el alma. Suelen ser de larga duración y bien rigurosos en la higiene sobre todo en las partes más íntimas...incluye, en ocasiones, depilación con crema, uso frenético del jabón, muchas esencias-todas con las que se cuenten- y preparación psicológica mientras se hacen todas estas cosas para aumentar la expectativa.
ACOMPAÑADOS. Si tenemos suerte, es la mejor experiencia de la vida. Erotismo y placer totales. Son un poco inútiles con fines higiénicos (pero tengamos en cuenta que es una ventaja contar con la ayuda de una mano extra que pueda enjabonarle la espalda y otras cosas al otro).
Nivel 3.
Evaluación.
Si estoy muy concentrada en mis pensamientos, tengo tiempo, y le he sacado provecho a la comunión con mi cuerpo y la intimidad; puedo llegar a un nivel muy intenso de erotismo. A veces imagino (y esto es mezcla de paranoia real con placer) que alguien me observa mientras me baño desde algún lugar, entonces me vuelvo pudorosa a la vez que estimula mis sentidos. Pasada esta fase hedonista, evalúo una que otra cosa que sienta que está fallando en mi psiquis o en mi conducta: es crucial hacerlo bajo la ducha o mientras me estoy vistiendo, porque es como si al no tener ropa encima estuviese más expuesta a la sensibilidad y a los reproches que me hago. En este estado, que ocurre muy esporádicamente, suelo hacerme preguntas como ¿por qué estoy sola? ¿por qué hice esto o aquello? ¿cuándo me voy a dar cuenta de lo elemental? ¿por qué sigo viva? Etc-.

Esto es, en líneas generales, lo que me pasa por la cabeza mientras me baño, con sus variaciones según los tipos que expliqué. Es distinto en cada mujer, supongo, pero en esencia es lo mismo, lo femenino nos lleva a tal estado de concentración, manía, profundidad, egocentrismo, hedonismo, erotismo... que lo reflejamos en actos al parecer tan cotidianos y mecánicos como este, pero llenos de misterio y cosas que ni siquiera nosotras descubriremos del todo. De lo único que tengo realmente certeza, y sé que todas las mujeres sabemos, es que no existe mejor perfume en la vida que el de una mujer recién bañada.