jueves, 9 de agosto de 2007

Momentáneo de una extraña noche

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A Helios
Barquisimeto, Septiembre de 2004 (Mes de mi Cumpleaños)


Helios saca sangre de sus venas para escribir y dibujar. Mientras dormía tatuó en mi espalda: cuando mueras te enterraré desnuda. Durante horas tuve pesadillas en lo que creí un rincón de mi desordenado y cálido cuarto. Pero no. Al despertar caí en cuenta de la habitación de motel y la bizarra escena: una cama teñida de rojo, una ventana que da hacia la avenida más peligrosa de la ciudad cuyas cortinas acaban de ser incendiadas, una mujer desnuda, cenizas del último porro que quedó, dos hombres; uno de ellos duerme mientras el otro insiste en mantenerse encima de mi. Y la eterna pregunta de mi vida:¿qué hago yo aquí?.

Por más que lo intento no puedo recordar como pasó exactamente. La reconstrucción de los hechos comienza con la invitación de Ernesto a un concierto que está organizando. Fuimos Cosette, Ernesto y yo a ver tocar a Helios (Peewee) en Vulcano. Luego, en la mente tengo un collage de imágenes dispersas: la alarma de un carro ajeno que no para de sonar porque tenemos rato besándonos ahí, unos policías tan funcionales que al verme casi muerta en los brazos de Helios, se paran y preguntan ¿qué le pasa a la niña?- nada, está ebria. – ah, ok. Y se marcharon sin más, indiferentemente de que los muchachos andaban cargados, que pudieron haber sido mis secuestradores o violadores o equis...y que, en realidad, sí me estaba muriendo. Recuerdo fragmentos de una discusión estúpida y la palabra “puta” dicha mil veces. El desasosiego de no saber en donde estoy y no poder largarme. La música electrónica de Helios y sus disertaciones sobre leyes físicas que no entiendo ni me importan. También tengo la certeza de haber reído mucho y pensar que entre la intercepción y la bajada de la Ribereña aproximadamente a las 2 am. mientras el conductor se metía media pepa de no se qué, al mismo tiempo que intentaba meter la mano debajo de mi falda, pude haber muerto.

Me dio por escribir este momento escuchando Siouxsie and the Banchees y Rancid.. Raro porque no escucho mucho punk, será por la escena morrisoneana (sí, porque cada vez que alguien ve The Doors nace un intenso, y el relato ya se volvió la mata de la intensidad)........
.........................................................ANYWAY........................................................................


Cuando desperté-llorando- de mi pesadilla con La Bruja de Yaritagua (caso de la vida real, un pueblo entero y Al Rojo Vivo lo certifican), y darme cuenta de que estoy en medio del frustrado menage ce trois; alterada por el sueño y con miedo de levantarme para ir al baño, sacudí a Ernesto y le conté el horroroso susto que tengo de que me salga la fulana bruja y el que me dice: “ve tu sola, son las cuatro a esta hora no hay espanto” –anibestia, después de todo lo que hiciste en mi ser, acompañarme al baño era lo de menos.
La conversación after party o, mejor dicho, post coito era más o menos la siguiente:
- No, no quiero fumar.
- ¿Y por qué te viniste de España?
- ¿Puedo ver tu diario?
- Por estúpido
- No es un diario, es un momentáneo.
- Es una de las cosas más lindas y extrañas que he visto. ¿De donde sacaste esa tinta?
- De mí. ¿Quieres que te escriba algo? Tranquila, no duele.
- Marico, tienes que ayudarme con esos programas, quiero volver a hacer música.
- Eres muy brillante Ernest. Me gustaría mucho que lo hicieras.-dije-
- Yo voy a incendiar estas cortinas antes de irme.
- Coño, no. Después nos sale el tipo con el bate a corrernos.
- Ajá pero no me toquen, me da frío
- ¿Qué te pasa?
- Nada, me aburrí de besar.
- (...)
- Sí, me dio como fastidio.

Me vestí e inmediatamente me fui al ensayo de danza, quería ver a mi amiga. No hubo despedidas, inevitablemente nos veremos siempre.
Al llegar, la mirada de Cosette me tranquilizó como nunca antes. Hablamos de nuestros temores y de que todo sería más fácil si fuésemos del tipo de mujer que percibe la intensidad de una relación en los sencillos actos de seducir, acosar, y el jueguito ese de producir celos y a la vez deseo en los hombres. Pero no somos así, no sé por qué. Estamos solas porque acompañadas siempre seremos nosotras con compañía y nada más. El hombre que se toma la molestia de tratar de entendernos, luego se aprovecha de ese poder. Cosette se lamenta porque hace tiempo que no amanece con nadie y yo cada vez que despierto con cualquiera que haya encontrado fascinante, -cual vida de groupie-, sufro por no sentir nada; más allá de la sensación final de haber hecho algo que engorde mi colección de momentos.

1 comentario:

Unknown dijo...

uhmm.. mejorando! me gusta.
kat